lunes, 5 de octubre de 2009

Mercurio: acciones contra las emisiones


Panamá, sábado 19 de septiembre de 2009
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Reducir el uso del metal en productos y procesos industriales, y el manejo adecuado de sus desechos son desafíos pendientes.

TAMARA DEL MORAL tdelmoral@prensa.com

La polución con mercurio y sus efectos no es un problema exclusivo de las naciones industrializadas. Si bien Panamá no manufactura productos con mercurio, el país no está exento de tener focos de contaminación con este metal, debido a la importación de productos que lo contienen, al manejo inadecuado de estos al terminar su ciclo de vida útil, o a su uso en ciertas industrias.

El mercurio se encuentra en la naturaleza como vapor o líquido, como iones en solución o en compuestos orgánicos e inorgánicos, unido a minerales, etc. y está presente en productos como algunos focos, pilas y empastes dentales. Pero es tóxico para la salud y el ambiente. En forma gaseosa, es muy persistente en la atmósfera, puede desplazarse por el planeta, transformarse y depositarse en suelos y masas de agua. Se puede convertir en metilmercurio e introducirse en las cadenas tróficas.
Desde el inicio de la industrialización, su concentración atmosférica ha aumentado en el mundo. Según el informe de 2008 The Global Atmospheric Mercury Assessment: Sources, Emissions and Transport, del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, la principal fuente de emisión son las plantas de energía, sobre todo aquellas a base de carbón. En países de Suramérica y África, la fuente principal es la minería artesanal de oro a pequeña escala.

En Panamá, el primer inventario de mercurio, realizado en 2008 por la Autoridad Nacional del Ambiente (Anam) indica que la principal vía de liberación se da a través del aire “como resultado de las actividades de la producción de cemento, disposición de desechos e interruptores eléctricos”. Además, el sector comercial y el de salud son los que generan mayor cantidad de residuos con mercurio.

Pero, aclara Gerardo Garibaldi, de la Anam, este inventario no es un fiel conteo de las emisiones, sino que son estimaciones obtenidas a partir de estadísticas nacionales, usando un instrumento de cálculo del Pnuma, que no necesariamente contempla las realidades de cada país. También, el sistema aduanero no es muy específico en cuanto a las categorías de productos y puede incidir en los resultados.

ALMACENAMIENTO

Este mes se realizó en Panamá el Foro “Todos contra el mercurio”, organizado por el Grupo Parques Nacionales Panamá y la Alianza Contaminación Cero, que lidera el programa piloto “Ponte pilas con las pilas”, para reducir desechos con este tóxico.
Para Jorge Conte Burrell, representante de ambos grupos, la tarea pendiente al 2013 será lograr un tratado vinculante con acciones para reducir la oferta y la demanda de mercurio, su uso en productos y procesos industriales y las emisiones intencionales.

En el foro, la ingeniera Marta Ramírez, del Instituto Nacional de Ecología de México, expresó que “las empresas e industrias deben tener un plan de manejo de residuos para el ciclo completo de lo que producen”.

Ramírez expuso algunas acciones que se han tomado en Latinoamérica, como retirar de los hospitales equipos que contienen mercurio, (termómetros, etc.) para almacenarlos temporalmente. Pero, surge el gran dilema: ¿qué hacer con ese mercurio? Si se recicla ¿cómo garantizar que no se escape?

¿Qué es más factible: almacenar el mercurio elemental o todos los productos con mercurio? Legalmente, ¿se considera el mercurio elemental como sustancia o como residuo? ¿Se debe convertir el mercurio líquido en sólido para almacenarlo?

¿Debe haber un almacenamiento regional o en cada país? “Son temas que hay que enfrentar lo antes posible, porque varios países ya tienen problemas de almacenamiento temporal”.

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