sábado, 27 de marzo de 2010

Las pilas y el medio ambiente.

A todas las llamamos genéricamente pilas, pero sus nombres son variados y derivan de la composición interna. Pueden ser alcalinas, carbón-zinc, níquel-cadmio, botón, según tengan mercurio, litio y óxido de plata, zinc-aire.

De ellas se alimenta hoy buena parte de la aparatología que usa el hombre moderno, pero el problema principal comienza en el momento de arrojarlas a la basura, ya que, por ejemplo, una micrópilo de mercurio puede contaminar 600.000 litros de agua al liberar sus componentes de mercurio o cadmio, el cual al entrar en contacto con la tierra y posteriormente cuando llegan a la napa de agua, contaminan la cadena alimentaría.

Queda claro entonces que las pilas no son inofensivas. Lo mejor es saber distinguir entre los distintos tipos de pilas que hay en el mercado y cuales son sus "contraindicaciones".

Se venden 5 tipos de pilas no "recargables" compuestas por los siguientes minerales:

1- carbón – zinc
2- alcalinas
3- cloruro de zinc
4- óxido de plata
5- óxido de mercurio

Las dos primeras son las más comunes; las usamos para radios, linternas, "ipods", etc.

Ambas contienen diferentes porcentajes de mercurio. Las otras tres también se venden mucho y son las baterías, “botón” de los relojes, calculadoras, cámaras de fotos. El porcentaje de óxido de mercurio en éstas puede llegar al 50% de su peso total. En ambos grupos existe un elemento altamente contaminante: el mercurio.

Cuando uno arroja pilas con mercurio a la basura, estas van a parar junto con el resto de los residuos a la tierra. Y a pesar de estar descargadas, seguirán descargando ese mineral a su alrededor.

Si multiplicamos las pilas que usa cada habitante por la cantidad de habitantes, nos daremos cuenta con horror, cómo estamos contaminando nuestra tierra con mercurio. O sea, que la posibilidad de ingesta de este mineral no es un mal lejano. Puede provocar daños cerebrales, en los riñones y en la función motora.

La mayoría (no todas) de las pilas y baterías "recargables" de ahora, carecen de mercurio. Sin embargo contienen níquel y cadmio, dos metales pesados altamente tóxicos.

La exposición al níquel puede destruir los tejidos de las membranas nasales. Mientras los estudios sobre el cadmio, lo califican como cancerígeno y causante de trastornos en el aparato digestivo. Además de resultar altamente peligroso para las embarazadas.


Y entonces... ¿qué pilas convienen más?

Ninguna. Lo más conveniente es buscar otras fuentes de energía. Si tu radio también funciona con transformador, deja de lado las pilas. Si no hay más remedio que usarlas, te damos algunos consejos:

1-Usa pilas y baterías recargables. Estas pueden reemplazar a las alcalinas o a las de carbón - zinc en cualquier producto de alto consumo. Sus precios, claro, son más altos; pero a la larga, por ser recargables, saldrán más baratas. Sus fabricantes garantizan 1000 recargas e incluso una duración para toda la vida. Al no tener que tirarlas después de un único uso, el daño ecológico es menor.

2-Hay que comprar un aparato recargador de pilas (sirve para todas las marcas) y una vez que la pila está totalmente descargada, se les conecta por 5 horas y quedan como recién compradas.

3-Jamás conectes una pila no-recargable al recargador, pueden explotar.

Pilas y baterías recargables no son una solución, pero sí una buena alternativa. Lo más importante es buscar nuevas formas de consumo para tener energía.

Aquí van algunos consejos para ayudar al medio ambiente:

•Nunca mezcles pilas nuevas con usadas. Sólo lograrás reducir la vida útil de ambas, ya que las nuevas pasan su energía a las viejas.

•Busca pilas recargables confiables y que tengan impresa la leyenda: Libre de Mercurio (mercury free).

•Cuando vayas a comprar una calculadora o un reloj, recuerda que existen los de "energía solar", y relojes que funcionan con nuestro pulso.

•Jamás hay que tirar las pilas al inodoro o al río. Tienen un altísimo poder de contaminación en el agua.

•Deposita las pilas y baterías en contenedores separados de la basura común y permite que empresas especializadas se encarguen de su manejo.

•Nunca las quemes. Esta práctica puede tener un efecto nocivo inmediato para tu salud, porque se desprenden los vapores de los metales pesados.

•Pide a los políticos que hagan leyes que regulen el manejo y a los comercios que instalen sistemas de recolección para la recuperación de este y otros productos con mercurio en tu ciudad.


Fuente:" Por una pila de razones" - Angel Rigone

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