Greenpeace demandó hoy a las empresas productoras de pilas y baterías que se responsabilicen por la gestión de los residuos de sus propios productos una vez finalizada su vida útil. Además exigió que estas empresas se hagan cargo legal y financieramente de las 10 toneladas de pilas y baterías recolectadas por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para que sean exportadas a Europa o Canadá para su correcto tratamiento.
La organización ambientalista señaló que el programa de recolección de pilas y baterías agotadas llevado adelante por la Agencia de Protección Ambiental (APRA) del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y su situación actual son un ejemplo de lo que sucede con las pilas y baterías usadas en la mayoría de los municipios del país, donde los gobiernos locales intentan dar una solución a un problema creciente sin el menor éxito, generando nuevos impactos ambientales e invirtiendo sus propios recursos.
“Resulta preocupante que las empresas del sector se hayan desentendido del destino de los residuos que generan sus productos una vez finalizada su vida útil, no solo en el caso de la Ciudad de Buenos Aires, sino también en todos los programas de recolección de pilas y baterías a nivel nacional”, señaló María Eugenia Testa, directora Política de Greenpeace. “Mientras en Argentina las empresas se desentienden de sus residuos y los municipios deben hacerse cargo, en otros países, especialmente donde las compañías tienen su casas matrices, asumen la responsabilidad legal y financiera de la gestión de sus pilas y baterías agotadas. Estamos hablando claramente de un doble estándar”, agregó.
En 2009, ante el lanzamiento del programa de la APRA en la Ciudad, la organización ambientalista había señalado como un grave error hacer cargo al Estado de la logística de recolección y de la gestión de los residuos de pilas y baterías y alertó sobre el peligro de informar públicamente a través de las campañas de comunicación de la Ciudad que las pilas primarias pueden ser arrojadas y depositadas con la basura doméstica ya que todas las pilas contienen componentes tóxicos y requieren un tratamiento diferenciado.
“Desde Greenpeace estamos promoviendo una ley nacional de basura electrónica, dentro de la cual se encuentra contemplada la gestión de pilas y baterías que establezca obligatoriamente la Responsabilidad Extendida del Productor (REP) como principio para la gestión de este tipo de productos. Todas las pilas y baterías pueden ser recicladas y un gran porcentaje de sus materiales recuperados y ello debe hacerse con la mejor tecnología disponible, en Argentina o en el exterior, y es responsabilidad de las empresas hacerlo, no del Estado”, aseguró Testa. “La normativa que estamos impulsando obligará a las empresas hacerse cargo de la gestión de sus residuos eléctricos y electrónicos”
Hasta tanto no exista en el país la tecnología adecuada para reciclar y recuperar materiales de pilas y baterías estos residuos deberían ser exportados a Francia, Suecia o Canadá para tener el mejor tratamiento. Hoy en día se puede recuperar hasta un 90% de los materiales de las baterías recargables y cerca de un 50% de las pilas comunes, sin embargo en Argentina se siguen enterrando con los residuos comunes en rellenos o basurales a cielo abierto generando contaminación y el derroche de recursos.
Greenpeace impulsa que el principio que establece la Responsabilidad Extendida del Productor alcance el estatus de ley nacional, para que de aquí en más deje de ser la población, a través de sus impuestos, y los gobiernos locales los responsables de administrar la contaminación de los dispositivos eléctricos y electrónicos. “Esta es la única estrategia eficaz para que la industria desarrolle mejores productos, que sean más fáciles de reciclar y libres de contaminantes”, concluyó Testa.
Si bien las pilas y baterías representan un porcentaje bajo del volumen total de residuos sólidos urbanos son, junto a los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, una de las corrientes con mayor aporte de metales pesados. Todas las pilas contienen metales peligrosos como cadmio, mercurio, plomo, manganeso, níquel, zinc y litio. En países como Francia, Canadá o Suecia existen recicladores que tratan estos residuos y recuperan sus materiales para ser utilizados nuevamente por la industria. En Argentina, el proyecto de ley de basura electrónica impulsado por Greenpeace apunta a crear la infraestructura necesaria para la correcta gestión de estos residuos
No hay comentarios:
Publicar un comentario